Quique, que ha navegado por esta costa durante 50 años, empieza a reconocer ya cada roca, cada cala, cada monte y cada punta.
Esta cala, por ejemplo, tiene un significado especial para nosotros porque nos veníamos a ella cuando empezamos a salir juntos…
Todos los rincones son familiares.
La playa de Calblanque…
Cala Dorada…
Punta Seca…
Y al doblar Punta Seca… ¡EMOCIÓN! ¡Varios barcos que vienen a recibirnos!
Jorge, el hijo menor de Quique, con su primo Álvaro.
El “Altahona”, con Emma y su padre, y la hermana y la sobrina de Quique.
Y el “Gonzalo García”, con Gonzalo y Leti.
¡Buena bienvenida a casa!
Y ahora sí, ahora sí, la silueta del cabo y del faro
No teníamos ánimo para meternos en puerto, así es que doblamos el cabo y nos fuimos a fondearnos frente a La Galera. ¡Ay! Ese faro… Cuántas veces habrá estado en nuestra retina y en nuestros recuerdos…
Fondeamos con el mar en calma y Marta se lanzó inmediatamente al agua para ir a tierra a abrazar a su hija, su madre, su hermana, sus sobrinos…
Amanecimos temprano a la mañana siguiente.
Seguimos recibiendo visitas de amigos en barcos, como Tucho y Adriana…
O la preciosa GITANA del hermano de Quique
Y el que no venía en barco, lo hacía a nado. Lo que podemos deciros es que se nos agotaron todas las reservas de cervezas del barco…
Y unos días después, nos metimos en el puerto y comenzamos la descarga de pertrechos de El Duende, cuya línea de flotación ha subido casi un palmo!!
Supongo que deberíamos hacer en esta entrada un apartado de “Resumen y conclusiones”. Pero hay muchas cosas que decir sobre la experiencia que hemos tenido de nuestros años de navegación en El Duende y sobre las emociones encontradas de nuestro regreso a casa.
Queremos hacerlo para aquéllos que habéis seguido nuestras aventuras a través de este blog y para aquéllos que tengan los mismos sueños que nosotros tuvimos y que hemos realizado. Y además, no nos vamos a casa todavía. Estamos en nuestra tierra, con nuestros amigos y familia, pero seguiremos viviendo en el barco. Cuesta mucho dejarlo después de las alegrías que nos ha brindado.